Yo sé que puedo estar hecho pico, pero el 90% del tiempo estoy o riéndome o sonriendo. Es por eso que me molesta verla como está. Cuando la conocí, su sonrisa iluminaba la habitación donde se encontraba y, al igual que yo, disfrutaba de la risa, hasta por lo más tonto.
Ahora anda como media muerta, media ida. Con los ojos pesados, más que cansados, tristes. Se le nota en la mirada que no siente con tanta intensidad la vida, como lo hacía antes.
Todo eso me hace pensar que de verdad anda de puro despecho y que solo no quiere estar sola, pero por otro lado, sé que eso es lo que yo quiero pensar y lo que yo quiero ver. Y es que me enferma esta situación, quererla tanto y sentir rabia por haberla ignorado en el momento en que debí intentar, por no haber cachado nada... pensando que si tal vez hubiera tenido más información me la hubiera jugado, o al menos no tendría nada que cuestionarme.
Y cómo no me va a extrañar, si hasta su hermosura se ha visto empañada con algo de amargura y qué ganas de hacerla sonreir.
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