Caminé, caminé. Esta vez como nunca me cansé demasiado, llegué muerto al santuario, esta vez sí fue un real sacrificio hacer el recorrido. Y aunque tal vez me hubiera gustado tener más confianza con mis compañeros de viaje, pude compartir con varios, dar ánimos o regalar sonrisas. A pesar del sueño sentí un poco de espiritualidad en el trayecto, disfruté la misa, pude orar.
Aun así creo que me faltó lograr una conexión mayor, sentir de verdad algo más allá. Culpo al cansancio de eso, pero aun así fue maravilloso, como siempre lo es. Espero tener ahora con más calma un momento de reflexión al respecto.
Lo que más me gustó fue dedicarme el sacrificio a mí mismo, aparte de aprovechar de agradecerle a la Teresita lo mucho que ha abogado por mis causas, tuve la oportunidad de pedir por mi, pedir por mi tiempo, por mis energías, por mis fuerzas. Pedir que no me deje abandonarlo, que aumente mi fe y que no me deje decaer como ha pasado un par de veces este año. Pedir claridad, entendimiento, empatía y determinación.
Además tuve un acto de instant-karma, volví y tenía notas parciales en Bases de Datos, esperaba un 2 y me sorprendieron las casi 40 décimas de grato error que tuvo mi cálculo.
En Ti confío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu huella...