Fui temprano al consultorio con mi mamá para que me viera un dentista. Toda la semana estuvo molestándome y cada vez se ponía peor. Una vez deseé que me dieran un combo para calmar el dolor. Lo peor de todo es que no pude tomar acción antes en el asunto sin que quedara un desastre aun mayor.
Me atendieron, me dieron antibióticos. No conforme con la solución parche pregunté cómo podía hacer que me la sacaran, pues no es la primera vez que me pasa. De hecho, cada vez que me enfermo se me infecta la muela y, dadas mis condiciones de vida, me he enfermado varias veces este último tiempo. Me aconsejó que fuera a urgencias de un hospital si quería que me la sacaran luego, porque gracias a nuestro perfecto sistema las interconsultas toman más de 6 meses y costearlo por nuestros medios es definitívamente no una opción, por otro lado, no estaba dispuesto a esperar más.
Mi mamá pasó a ver a su doctor para que le diera autorización para sacarse una muela que también venía molestándola por un tiempo. Fuimos juntos más mi papá al hospital. Nos ingresaron, tomaron signos vitales y esas cosas típicas y esperamos a que el dentista nos llamara mientras yo esperaba sentado afuera demasiado relajado como para ser verdad, creo que mi mamá estaba más nerviosa que yo. Tal vez se haya debido a que no había otra cosa que deseara más que me quitaran el dolor.
Me llamaron y revisaron, no podían sacarme la muela en cuestión, pero notó que con la de arriba me hería la encía de abajo por lo que me ofreció hacerme una limpieza en la encía infectada con la muela asomando y sacarme la muela de arriba. La muela de abajo requería cirugía más compleja y debía esperar. Me puso anestesia por todos lados, la cual apenas sentí cuando me inyectaban. Salí yo y entró mi mamá. Ella salió después toda temblorosa, por la anestesia según ella. En eso, mientras la anestesia hacía efecto, me llama esta tipa de la constructora, para decirme basuras irrelevantes sobre el proyecto de bases de datos. Ella, la reina de la poca comprensión lectora y auditiva me hablaba y hablaba mientras yo cada vez era menos capaz de hablar y, como es de esperar, a ella le importa más tener su producto terminado a que yo esté en el doctor. Diplomaticamente tuve que decirle que lo iba a ver después y que no me llamara de nuevo.
Entré nuevamente, partió con la limpieza y prosiguió con la extracción. La odontóloga era demasiado pequeña como para que no me diera miedo, veía que en cualquier momento perdía la fuerza y me fracturaba la muela. Me calmé cuando otro doctor la comenzó a guiar y dejé de sentir tanto forcejeo. Finalmente salió, gigante y de prominentes raíces. Muerda el algodón por media hora y pase a pedir hora para la radiografía y la cirugía.
Obedientemente fuimos a pedir las horas después de que atendieran a mi mamá. Hicimos una fila eterna y me dijeron que me tomarían la RX luego, que esperara sentado. Pasaron unos diez minutos antes de que me llamaran, en los cuales mi papá fue a otro lado para aprovechar de pedir horas varias para mi hermanito. Me tomaron la radiografía y me dijeron que esperara un poco para que me la entregaran.
Salí y me senté. Me dio frío y me puse la chaqueta. Comencé a temblar y me asusté. Los temblores se ponían cada vez peor y yo no podía controlarlos ni mucho menos relajarme. Mi mamá pidió ayuda adentro y cordialmente le dijeron que me llevara a la posta. Atravesamos medio hospital y lo único que obtuvimos fue miradas curiosas, ni una sola muestra de la típica solidaridad chilena (weird uh?) Yo apenas podía caminar y temblaba cada vez más fuerte y mi mamá de por sí no puede hacer mucha fuerza por la operación del cáncer y mucho menos debía hacerlo minutos después de una exodoncia. Llegamos a urgencias de nuevo y en admisión graciosamente le dijeron "debe estar nervioso porque le van a sacar la muela, no lo vamos a atender por eso". Estúpido, ya llevaba casi una hora sin muela. Accedió a ingresarme y nos pidió esperar. Yo al no saber qué pasaba me era imposible tener calma y peor me sentía al ver que nadie nos ofreciera un asiento o que uno de los guardias ayudara a sostenerme porque mi mamá apenas lo conseguía. Tuvo que gritar por ayuda para que un paco se acercara y un guardia corrió para que me llamaran. Mi percepción del tiempo no debe ser correcta, pero estimo que esperé 10 minutos para que me tomaran los signos vitales recién. Temperatura, ritmo cardíaco y presión, pero esta última no arrojaba resultados debido a mis temblores, por lo que llegó otra enfermera (seguramente muy bien calificada y de alguna prestigiosa universidad como cualquiera en este país) me dijo "¡Oye, cómo no vas a poder controlarte!". Como no quería armar un escándalo más grande que el visual que ya estaba dando solo la miré feo y le dije que no me agradaba para nada estar así y que sería super feliz dejando de hacerlo, pero no era algo que pudiera decidir. Mi cuerpo estaba totalmente fuera de control y lo único que me mantenía cuerdo era que estaba completamente lúcido, solo me perturbaba la agitación y los problemas respiratorios y al corazón que podían surgir.
Entre varios me sujetaron para que saliera bien la maldita e inútil medición y me dijeron que me sentara a esperar a que me llamaran los dentistas nuevamente (claro, solo espero aquí, sin saber si voy a seguir respirando o si me va a dar un ataque cardíaco, no se preocupe). Pasaron varios minutos más y los temblores iban cediendo en la sala de espera, gracias a Dios. Finalmente me llamaron, me hicieron un par de preguntas y lo atribuyeron a la infección más la anestesia y recetaron suero más antibióticos IV. Espere sentado a que lo llamen...
Los temblores cedieron pero subió la fiebre o, al menos, comencé a sentirla porque la tuve durante todo el jaleo. Esperé y esperé. Tembló. La estúpida que me tomó la presión se asustó bastante y las ganas de restregarle la ironía en la cara con un "por qué no te controlas" eran demasiado tentadoras, pero no valía la pena, quería que me atendieran bien. Pasaron 3 horas y yo seguía esperando, mi mamá relevó a mi papá por segunda vez y le dije que preguntara qué pasaba, petición a la que mi papá había hecho caso omiso. Preguntó, buscaron y resultó que un idiota dejó mi orden en la farmacia cuando fue a buscar mis remedios. Me atendieron al instante después de unas puteadas de mi mamá y gente deshaciéndose en disculpas. Una hora con las intravenosas, receta de antibióticos y control el domingo y finalmente nos fuimos a casa. Muertos de hambre como supondrás.
Ahora debo hacer reposo, no me duele mucho la muela y creo que no está tan hinchado. Ahora tengo un Deja Vu sobre esta entrada y un dolor de cuello producto de una noche de sueño reparador en una posición incómoda, pero forzada y necesaria para no causar una hemorragia. Un poco de depresión, los antibióticos me deprimen y no estoy muy acompañado que digamos.
Bueno, fin.
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