martes, 23 de abril de 2013

Darme cuenta que soy simplemente un ser humano es algo que me alegro de haber descubierto. Estaba tan cansado de ser ejemplar, de ser tan exigente conmigo mismo, de llevarme al extremo. Pero no, yo también me canso, yo también tengo ganas de rendirme, yo también tengo miedo, yo también siento, tanto o más que los demás, yo también me deprimo, yo también (y sobretodo) me equivoco. Y estas cosas no son malas ni vergonzosas ni imperiosas de ocultar. Son cosas que al ser aceptadas, te descargan de toda la presión social que hay sobre ti.

Esas ganas de ser infalible se fueron, ese miedo a equivocarme también. Más aun, si me caigo ahora tengo más ganas de aprender a levantarme.

"Solo soy un hombre ordinario sin nada que perder".

1 comentario:

Deja tu huella...