martes, 3 de diciembre de 2013

Tomarle la mano y sentir que el mundo se detiene.
Mirarlo a los ojos y olvidarse de todos alrededor.

Es el nuevo calor que has despertado en mi pecho, mi nueva felicidad y calma.
Nuestras manos entrelazadas que marcan un comienzo ingenuo.

Su sonrisa en mi mente, todo el día.
Sus ojos que no se despegan de los míos.

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