lunes, 17 de septiembre de 2012

Pasarlo bien es una decisión o, al menos, un deseo, una expresión de voluntad. Se puede pasar un rato agradable solo si se tiene la disposición para hacerlo, las ganas reales de vivir y disfrutar el momento sin pensar mucho, porque pensar tiende a arruinar las cosas. Vivir, gozar comi si fuera el último momento, como si lo único que tuvieras para aferrarte es el momento que vives, el momento que ríes, el momento que bailas.

Si hay algo que me gusta de mi, son mis ganas de disfrutar la vida lo más que pueda, de reir aun cuando sangra el alma, aunque pesen los párpados. Esas ganas casi infantiles. Tal vez, claro, sea una especie de deuda que tengo que pagar conmigo mismo, de no permitirme que las cosas me amarguen y se lleven mi valiosa juventud como lo han hecho con el resto de mi vida. Porque si bien me quejo harto y principalmente por acá mismo, ahí quedan, esta es una de las vías por las cuales abandono los problemas y logro sentirme mejor, porque el show debe continuar y quiero tener una sonrisa en mi rostro hasta el final.

Pero pasarlo bien no se da en solitario, el tener una alegría, el sentirte contento por algo no tiene mayor gracia si se vive personalmente. Es necesario compartirla con la gente que se quiere e incluso con la gente a la que no conoces, regalar una sonrisa en el metro, en la calle. Hacer que tu propia felicidad se funda con la de los demás o obtener un poco de la felicidad de los demás. Repartirla, expandirla y del mismo modo recibirla, ser feliz por el resto.

Estar contento no necesita motivos, solo se necesita quererlo, desearlo en lo profundo. No se necesita tomar, ni comer, ni tener plata; solo un buen amigo con quien compartir el momento. Para estar contento solo se precisa cerrar los ojos y darte cuenta que nada vale más la pena que sonreir.

:)

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