Basta de inseguridades. Basta de lamentos.
Hoy, me dí cuenta en una corriente mental casi divina que lo que quiero en la vida es muy simple. Ya no me es tan relevante ser conocido dentro de mi área de profesión, ni ser un destacado mentor o líder en nuevas tecnologías ni nada, sino que es muy muy simple y hermoso. Quiero una familia, una familia grande como la que nunca tuve, llena de primos, tíos, hermanos y sobre todo mucha unión. Quiero casarme y quiero que ese estilo de vida sea el prevalente en mi familia. Siempre me he quejado de que no tenemos cultura de matrimonios, ningún pariente cercano se ha casado y, por lo tanto nunca he vivido la experiencia.
Me encantó pesar todo eso y tantas otras pequeñas cosas que imaginé espontáneamente en confi, siendo que ese no fue para nada el tema de hoy, esos sentimientos me invadieron y fueron muy gratificantes.
Quiero aprender a superar más que a bloquear y a jugármela, a darle con todo.
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