Tan triste estuve de devolverme a Santiago a retomar las clases, a volver al estrés que significa la vida beauchefiana, a correr de un lado a otro, a luchar contra el sueño en las clases, a perder la vida entre trabajos, tareas e informes, a tener cara de zombie, a viajar en el sofocante y fétido metro...
Pero nunca tomé en cuenta (hasta el momento en que volví a mi casa) todas las cosas buenas que trae el regreo a la cotidianeidad; el compartir con amigos, el almorzar todos juntos en el pasto, ese reírnos de cualquier cosa y tergiversar todo lo que los demás dicen, el decir "oye, weón, ví a la chiki", el ir en el metro con el Claudio y celebrar que no para en El Parrón, ese compartir tan valioso que tenemos. Y una vez que ví las cosas desde ese punto de vista, comencé a querer volver. Tal vez no del todo convencido, pero almenos sabía que existen momentos agradables para sobrellevar la vida universitaria.
Además comenzaba hoy mi especialidad. Lleno de nervios y de espectativas. Con full motivación, pero con miedo. Motivado porque me sentía ansioso de descubrir lo que los ramos de nombres tan atractivos podían ofrecerme y con miedo de ver que en realidad juzgué un libro por su portada y el contenido dejaría bastante que desear. Sea como sea no puedo decir mucho al respecto, tuve media clase con una señora FOME, pero el ramo sigue siendo super llamativo y otra clase en la que el profesor (super responsablemente..) no se presentó. Así que aun no me siento en condiciones de definirme como motivado o como temeroso.
Fuera de todo eso, pasaron cosas que me llenaron de alegría. Hoy el Víctor me llegó con una oferta de trabajo que me gustó mucho y me llenó de entusiasmo, la verdad. Se trataba de tener una especie de "aprendizaje laboral" en la empresa de su papá. Siempre he tenido el temor de no estar a la misma altura de el resto de los individuos que enstudian Computación y no estar a la altura, pero con esto espero poder llenarme de confianza y de conocimientos para enfrentar de mejor manera lo que se viene y de verdad que me agrada demasiado. Además hoy me dieron la noticia de que podré integrarme al segundo año de Confirmación, de verdad que siento hoy más necesario que nunca el confirmar mi fe (Después de tres años de intentos D: ) y qué mejor que hacerlo con mis hermanos del campamento, a quienes aprendí a querer y con quienes compartí una experiencia tan hermosa, así que estoy feliz, de verdad que sí, por volver a clases y por las maravillosas noticias que recibí.
Ahora solo resta tener fe de que la vida continuará sonriendome y esta vez, para siempre (por fin!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu huella...