jueves, 27 de diciembre de 2012

Jingle Bell Rock

El lunes desperté temprano para realizar las compras que faltaban, yo iba a tomar protagonismo en la cocina y quería que fuera perfecto, por lo que compré de todo para hacer. Desde el inicio el ambiente estuvo bien tenso, porque el Jano se portaba horrible, aparte que todos a cada rato me arruinaban más y más la sorpresa de mi hamster, lo que me ponía de mal humor a mí, aparte de que los niños estaban demasiado pendientes de los regalos y el frenesí consumista navideño me carga. Navidad para mi es un momento de encuentro con la familia, para celebrar juntos del gran amor que siente Dios por nosotros al mostrarse tan pequeño y tan frágil como cualquiera de nosotros. Pero no, estaban todos vueltos locos, cada uno por su tema. Yo, en cambio, era feliz cocinando.
Además mi vieja andaba estresada porque se viene el Javier a alojar un par de días, bueno, sería mentir si no dijera que a todos nos carga su presencia, pero molesta a mi mamá especialmente. El Javier es un hijo de mi papá, tiene la misma edad del Álvaro y aun no sabemos si logró pasar segundo medio, se comporta como bebé y la mamá lo tiene muy mal de la cabeza, es de los típicos hijos de padres divorciados a los cuales la madre le hace hincapié a cada hora de lo mucho que sufren porque el papá no está siempre, de lo mucho que les falta la plata, de lo infelices que son porque el papá los abandonó. Lo anterior, evidentemente, solo logra una personalidad amargada, reprimida y cargante. Es la persona más desagradable que he conocido en mi vida y es por eso que nos carga cuando aparece, de hecho aun le tengo sangre en el ojo porque la última vez que vino le pegó al Alejandro y nadie hizo nada al respecto, o sea, mi papá no lo reta por nada porque es "un pobrecito y yo no he vivido con él ¿Cómo lo voy a retar?".
Era todo una bomba de tiempo, mientras el Jano gritaba y gritaba y lloraba y el Pedro desordenaba y gritaba. Pelearon mis viejos, me bañé y fuimos a Misa. El Jano se portó pésimo en la misa, mis viejos más se estresaban y minutos después de las 12 explotaron todos mientras yo me desmoronaba en el interior, viendo cómo mis esfuerzos de tener una lida navidad de iban directo a la mierda.
Menos mal que eso no fue más que un alivio a toda la tensión que teníamos acumulada y el resto de la noche la disfrutamos ene, nos reímos, vimos los regalos, conocí a mi hermoso y anónimo hamster y vimos Stefan vs Kramer, después el cansancio lógico del leseo de todo el día me mandó directo a la cama.
Si bien fue horrible e imperfecta, no fue una mala navidad, creo que perdió un poco el foco, pero aun así logramos sacar lo mejor de nosostros y re-comenzar.

A ver qué nos trae el año nuevo.

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